La amistad es un vínculo afectivo que nace, se mantiene y se fortalece por voluntad de dos o más personas con intereses comunes. Esta relación interpersonal puede darse en cualquier etapa de la vida de un ser humano, pero no siempre poseen el mismo grado de importancia y trascendencia.
Por lo general, la amistad involucra como mínimo a dos individuos de la misma especie (compartan o no el género y/o la edad) pero, de todos modos, es habitual decir que el perro es el mejor amigo del hombre.
También se acostumbra aceptar la imagen del “amigo imaginario”, una figura asociada en especial al mundo infantil ya que los más pequeños suelen crear vínculos con seres a los cuales les ponen un nombre y le atribuyen características pese a que no los puedan ver ni tocar.
En la adultez, en cambio, entran en juego otros conceptos de amistad como, por ejemplo, el de “amigos por conveniencia” (relación que, en realidad, no honra al verdadero significado de la amistad porque no está impulsada por buenas intenciones ni posee un carácter desinteresado sino que contempla la idea de acercarse a alguien sólo para obtener algún tipo de beneficio personal). Tampoco se puede dejar de mencionar en este contexto a la denominada “amistad con derechos”, una modalidad que combina amistad con atracción física y amor pero no exige ninguna clase de compromiso entre las partes.
La amistad por correspondencia es otra forma de establecer vínculos, así como también lo es la amistad virtual, una opción que se vale de los avances tecnológicos para sumar amigos.