En numerosas naciones, por cuestiones de proteger a cada persona que viaje en un automóvil y evitar que salga despedida en caso de colisión, es obligatorio el uso del cinturón de seguridad.

Estos dispositivos que se gradúan en función del tamaño de cada pasajero, más allá de estar presentes en vehículos particulares, también se utilizan en aeronaves, taxis, ómnibus, etc.

Hay múltiples diseños y variedades: una de las alternativas es el cinturón de dos puntos, que aún sigue vigente en transportes públicos para resguardar al pasajero desde la cadera.

El cinturón de tres puntos de anclaje, por su parte, es el sistema más común y seguro hoy en día para coches de uso cotidiano. Es interesante tener presente además que en casos especiales, como cuando hay sillas infantiles para el transporte de niños o si se trata de un vehículo de competición, se suelen utilizar cinturones de seguridad con la estructura de un arnés, que puede tener cinco o cuatro puntos de sujeción (en el primero, además de un par de cinturones para los hombros quedan protegidas las piernas también).

Más allá de estas descripciones, es posible hacer alusión a los cinturones de seguridad con forma de X (brinda una mayor protección a la zona del tórax), a los cinturones de seguridad abdominales o ergonómicos (reservados para pacientes que requieren someterse a rehabilitaciones terapéuticas y para trabajadores que deben soportar sobre sus cuerpos fuertes cargas, a fin de minimizar el riesgo de lesiones) y a los cinturones automáticos (quedaron en desuso porque no eran tan seguros y evidenciaban diversas fallas).