Se conocen como cazuelas a las vasijas donde se elaboran guisos y comidas similares y a los resultados de esas preparaciones gastronómicas que se logran a partir de la combinación de diferentes ingredientes de acuerdo a cada caso.

Entre las alternativas que se pueden distinguir aparecen la cazuela mojina (también conocida como mojí, a base de berenjena, pan rallado, miel y queso), la cazuela carnicera (recipiente amplio con capacidad para guisar importantes cantidades de carne), la cazuela de pollo y arroz (que puede incluir, además, salchicha china), la cazuela de conejo, la cazuela de cordero y la cazuela de mariscos (con camarones, langostinos, calamares, etc), por mencionar algunas.

Cabe resaltar que también se las puede clasificar en función de los alimentos tradicionales de cada nación. Así, entonces, individualizaremos a la cazuela chilena como un plato a base de pollo o carne combinado con diferentes clases de verduras. La cazuela peruana, en cambio, admite las modalidades de cazuela de cordero y cazuela de pescado, donde aparecen además zapallo, choclo, papa, ají verde, etc. La cazuela de Ecuador, por su parte, ofrece una masa elaborada con plátanos verdes (con la consistencia similar a la de un budín) y mariscos acompañados, por lo general, por arroz blanco que se sirve en moldes de barro.

De tener en cuenta los materiales utilizados para fabricar estos recipientes, podremos reconocer a las cazuelas enlozadas, las cazuelas de acero inoxidable, las cazuelas de cerámica, las cazuelas de cobre, las cazuelas de hierro y las tradicionales cazuelas de barro, entre otras.