Se conoce como broche al elemento que se utiliza para sostener sobre una soga prendas de vestir recién lavadas para que se sequen de manera natural. Asimismo, hay joyas y piezas ornamentales para enganchar en la ropa que llevan la misma denominación y expresiones que aprovechan este concepto para dar idea de remate, fin o término de carácter excepcional (por ejemplo: “La presentación del popular cantante fue el broche de oro de una fiesta que tuvo todo para ser inolvidable”).

Cuando uno busca información sobre las aplicaciones de esta palabra descubre la existencia de una amplia variedad de broches, que se diferencian entre sí por su utilidad, formato, tamaño y diseño.

El broche de enganche, por ejemplo, es una pieza conformada por macho y hembra que también se conoce como corchete, mientras que el broche de presión es una suerte de corchete pero de carácter automático.

El Broche de Tara, por su parte, es un antiguo material expuesto en el Museo Nacional de Irlanda que posee estilo hiberno-sajón y se originó, según se cree, hacia el año 720.

De rastrear otros productos señalados como broches, ganarán relevancia los broches aprietapapeles (dispositivo que permite sostener uno o más papeles), los broches para el pelo (permiten sostener el cabello, fijar un peinado y adornar la cabeza), los broches para bolsos y carteras, los broches decorativos elaborados de manera artesanal (se les suele añadir, por ejemplo, un imán y obsequiarse, ya pintados a mano, como souvenirs) y los ya mencionados broches para ropa, los cuales pueden fabricarse en madera o ser de plástico.