Muchas preparaciones gastronómicas incluyen, entre otros ingredientes, ajo. Este producto que se obtiene de una planta perteneciente a la familia de las liliáceas se aprovecha en mayor medida como condimento, aunque según la variedad utilizada, se pueden lograr diferentes platos e, incluso, usos medicinales, resultados ornamentales y ventajas al trabajar en carpintería.
Para acertar en la elección del ajo adecuado para cada propósito puntual es importante conocer las clases de ajo existentes. Y en esta nota, esa información de utilidad general aparecerá en los párrafos siguientes.
Más allá de diferenciar entre ajos que se aprovechan en crudo y aquellos que aportan aroma y sabor tras una cocción, es posible distinguir en el conjunto al ajo blanco, al ajo castañuelo (de tonalidad rojiza) y al ajo negro, por mencionar algunas alternativas. Por otra parte, hay especies de ajos ornamentales muy valorados en jardinería por sus colores y apariencia vistosa, rasgos indispensables a la hora de decorar un ambiente o jardín.
En materia de propuestas culinarias a base de ajo, se puede diferenciar entre el ajo mataero, el ajo arriero, el ajo harina, el ajo caliente, el pan de ajo y el ajo cabañil, entre muchas otras.
Asimismo, si pensamos en plantas, ganarán relevancia opciones como el ajo de montaña y el ajo de cabeza redonda, mientras que la presencia de este vocablo en denominaciones reservadas a identificar lugares permite centrar la atención en sitios como el Faro de Ajo (ubicado en el Cabo de Ajo), la zona estadounidense bautizada como Ajo y la localidad española de Ajo.