Tipos de fecundación


El término fecundación está asociado a la acción y al efecto de fecundar, es decir, al proceso biológico por el cual una célula reproductora masculina se une a otra femenina para dar origen a un nuevo ser.

En función de las características que posean los gametos involucrados, es posible establecer distintos tipos de fecundación. Al respecto, se puede decir que la fecundación es isogámica cuando los gametos son idénticos en tamaño y estructura, tal como sucede en el grupo de los protozoa.

Si, en cambio, los gametos difieren en tamaño y estructura, se trata de una fecundación anisogámica, mientras que se habla de fecundación ovogámica cuando el gameto femenino es grande e inmóvil y el masculino es pequeño y móvil.

Asimismo, se produce una fecundación cruzada cuando cada gameto proviene de un individuo distinto, así como se logra una autofecundación cuando los dos gametos proceden de un mismo individuo, tal como sucede con las plantas angiospermas (cuyas flores suelen ser hermafroditas). También existe la fecundación interna (proceso que se desarrolla en el interior del cuerpo de la hembra y es propio de los mamíferos) y la fecundación externa (propia de los animales acuáticos ya que los óvulos y los espermatozoides hacen su encuentro y unión en el agua).

Al hablar de fecundación, tampoco se puede pasar por alto la existencia de la fecundación in vitro, una técnica creada por el hombre para lograr el embarazo frente a casos de esterilidad o como alternativa a los métodos de reproducción asistida que no han resultado exitosos.