Después de haber hecho una referencia general hacia el concepto de trama, es momento de retomar la temática para ofrecer información más puntual que permita entender, por ejemplo, su aplicación a nivel lingüístico.

La categoría de las tramas textuales, tal la clasificación que elegimos en esta ocasión para armar este artículo, nuclea a todas las modalidades de organización que se pueden elegir a la hora de estructurar un texto.

El modo de presentar cada enunciado y el propósito que persiga cada texto son aspectos fundamentales para establecer la trama textual que se impone en cada caso. En los párrafos siguientes, detalles de cada uno de estos grupos que le aporta diversidad al conjunto.

La trama narrativa, por ejemplo, aglutina propuestas que presentan eventos o cuestiones vinculadas entre sí donde se observa una relación de causa-consecuencia. La trama descriptiva, por su parte, tiene la particularidad de ofrecer textos donde abundan las descripciones y detalles de situaciones, elementos, realidades, personajes, sitios, objetos…

De buscar a modo de orientación otras clases de tramas textuales, encontraremos como alternativas a tener en cuenta las tramas conversacionales (armadas en base a un diálogo, tal como sucede con las historietas, las obras de teatro y las entrevistas), a las tramas expositivas (organizadas en torno a la presentación de datos), a las tramas explicativas (incluyen explicaciones y un abordaje detallado de causas, consecuencias, derivaciones, etc) y las tramas argumentativas (textos que respaldan la información que proporcionan con fundamentos, testimonios u opiniones, tal como sucede con el contenido de un discurso, por mencionar una posibilidad).