Es común que, en lugares no habitados o que no se limpian con frecuencia, se detecten telarañas. Estas estructuras surgen a partir del trabajo de las arañas, quienes aprovechan su seda para armar una red resistente de dimensiones variables con la cual protegen su refugio, cazan a sus presas o pueden llegar a transportarse.

Es fascinante observar y comparar las tramas que logran arañas de diversas familias, colores y tamaños. Por eso en esta oportunidad hemos querido ofrecer datos de interés sobre las telarañas ya que si bien tienen un mismo origen y se logran con el hilo generado por los citados arácnidos, varían en su disposición, formato y dimensión.

Hay telarañas con forma de espiral, otras que imitan la apariencia de una hoja y hasta estructuras con forma de embudo. La orientación, asimismo, puede ser diagonal, horizontal o vertical.

Dos datos curiosos relacionados a las telas de araña: en Pakistán, tras una serie de inundaciones, se hallaron árboles densos cubiertos casi por completo por telarañas de gran extensión elaboradas por numerosos ejemplares que, por el agua, no tuvieron posibilidad de volver a sus refugios habituales y convirtieron entonces a las hojas y las ramas en parte de su nuevo hábitat. Por otra parte, es interesante hacer foco en el caso de la araña Gladiadora, una especie que teje la tela y la mantiene entre sus patas hasta el momento de encontrar una presa: al localizarla, le tira encima esa red que, al ser pegajosa, no da chances de escape.