La democracia es una forma de gobierno en la cual todos sus integrantes poseen poder. Este sistema de organización de un Estado gira en torno a la voluntad colectiva y supone la participación del pueblo ya sea de modo directo como indirecto con el fin de legitimar a cada uno de sus representantes.
En base a sus formas, este régimen puede ser considerado como una democracia directa (desarrollada por medio de asambleas en las cuales se aprueban leyes, se eligen funcionarios o se toman medidas de alcance social) o representativa (alternativa que supone la designación de representantes por parte del pueblo para que sean ellos quienes se encarguen de deliberar y dictar órdenes).
Si se profundiza en el concepto, también surge la idea de democracia deliberativa (modelo basado en la combinación de aspectos propios de la democracia representativa y un plan colectivo de toma de decisiones que esté erigido sobre el principio de la deliberación), así como adquiere relevancia la noción de democracia participativa, la cual ofrece un marco de mayor responsabilidad para los ciudadanos que la que les otorga la democracia representativa.
Desde la perspectiva de autores como Karl Friedrich Krause y Karl Loewenstein, asimismo, es posible definir a la democracia como constitucional cuando se fundan en base a una Constitución con contenidos substanciales.
Claro que, al ser analizada por numerosos expertos y poseer múltiples características y alcances, la democracia también contempla ramificaciones como las de la democracia de la tierra, democracia dirigida, democracia económica, democracia formal, democracia popular, democracia sin partidos, democracia soberana y la de la llamada democracia orgánica.