El uso en español de la palabra ‘sumario’ (procedente del vocablo en latín summarium) es amplio y variado, por eso resulta interesante indagar al respecto y conocer en detalle cómo, cuándo y para qué se aprovecha esta noción.

Más allá de ser un término que alude a una sumatoria, un compendio, un extracto de información o un resumen, este concepto también refiere a algo corto o resumido. En el campo del Derecho, en cambio, identifica a una serie de acciones focalizadas en el desarrollo del juicio criminal y sirve para catalogar a una clase de proceso, el cual se conoce como juicio sumario y tiene la particularidad de resolverse de forma breve, sin todas las exigencias formales propias de los juicios ordinarios.

Las publicaciones tipo revistas, periódicos y libros, por otra parte, incluyen un sumario que se caracteriza por informar de manera ordenada y abreviada los contenidos del material.

Distintas son las ideas de sumario delictivo (generado en un marco de delitos penados por la ley), de sumarios contravencionales (interviene un Juez de Faltas frente a la detección de una contravención y puede comenzarse de oficio, por denuncia escrita o bien por una denuncia verbal) y de sumarios administrativos (por lo general, se trata de actuaciones que surgen en entornos laborales por eventuales infracciones o faltas disciplinarias de un trabajador).

Por otra parte, resulta interesante tener en cuenta que la expresión ‘secreto de sumario’ describe al recurso que puede emplear una autoridad de la Justicia para mantener bajo reserva ciertos datos de una causa judicial (de manera total o parcial) a fin de no obstaculizar la investigación.