Al consultar un diccionario, es fácil advertir que el concepto de suspensión, una palabra que se origina en el vocablo latino suspensĭo, posee un gran número de interpretaciones.

Además de hacer alusión al acto y consecuencia de suspender, este término refiere al hecho de censurar a algo o a alguien para privar del ejercicio o aprovechamiento de un trabajo, beneficio o actividad. Asimismo, se define como suspensión a los elementos y mecanismos que, en los vehículos, permiten hacer más suaves y elásticos los apoyos de las estructuras (en este marco, se suele diferenciar entre suspensiones independientes, suspensiones activas electrogeneradoras, suspensión MacPherson, suspensiones hidroneumáticas, etc).

Los expertos en Música, por su parte, aprovechan la noción para identificar al recurso de prolongar una nota propia de un acorde sobre el posterior, generando disonancia. Quienes se especializan en cuestiones retóricas, en cambio, reservan la idea para individualizar a una figura basada en prorrogar la mención de un concepto a fin de provocar interés en los oyentes o lectores.

Más allá de estas definiciones, existen más aplicaciones que enriquecen al concepto y extienden el alcance del vocablo. Así sucede, por citar algunas referencias, con expresiones como suspensión coloidal (nombre que los químicos le dan a una clase de compuestos), suspensión de armas (en el ámbito militar, el cese transitorio de las hostilidades), suspensión de garantías (cuado las garantías constitucionales, por razones extraordinarias de orden público, pierden transitoriamente su vigencia), suspensión del contrato de trabajo y suspensión de pagos (cuando por algún motivo no se abonan puntualmente las obligaciones), entre otras.