El acto y consecuencia de supervisar (inspeccionar, controlar, vigilar) se define como supervisión. Estas acciones varían según qué se supervise y en qué condiciones se desarrolle esta tarea, por eso en esta oportunidad haremos foco en el concepto y describiremos algunas alternativas de supervisión.
En primer lugar, es posible individualizar a las supervisiones directas e indirectas, las cuales varían entre sí de acuerdo a cómo se implemente el método de control. Asimismo, existe tanto la supervisión positiva como la negativa, y la supervisión condicional como incondicional.
Al lograr mayor profundidad en la búsqueda de información sobre los alcances y aplicaciones de esta idea, se pueden reconocer además las opciones de supervisión educativa, supervisión profesional, supervisión ambiental, supervisión judicial, supervisión pedagógica y supervisión hospitalaria, por mencionar algunas que sirven para tener referencias. Para describir situaciones puntuales que permitan comprender de manera sencilla en qué consiste, a nivel práctico, la supervisión: en un hotel, existe alguien encargado de la supervisión de cada habitación, es decir, de chequear que estén limpias, en buenas condiciones, que no haya faltantes ni roturas, etc.
En una empresa, por otra parte, se suelen aplicar sistemas de supervisión de ventas para controlar el desempeño del equipo de vendedores, realizar un seguimiento de las operaciones comerciales, etc.
Ya en un plano que exige un dominio más importante de la noción y conocimientos específicos relacionados al funcionamiento de la estructura que se pone en marcha a fin de concretar una supervisión, adquieren relevancia los recursos de la supervisión lineal, la supervisión funcional, la supervisión virtual y los de la supervisión remota, entre otros.