Las cuerdas de cierto grosor que resultan de gran utilidad en múltiples actividades, disciplinas y tareas (como la navegación, el montañismo, los saltos y la gimnasia rítmica, la construcción y las manualidades, por citar algunas referencias) se conocen con el nombre de sogas.

Este término, además, sirve para denominar a ciertas medidas de tierra de extensión variable y, en el ámbito de la Arquitectura, permite aludir al segmento de ladrillo o sillar que queda al descubierto.

Para cada utilidad existe una clase determinada de soga, las cuales se diferencian entre sí por los materiales empleados para desarrollarlas (hilo sisal, nylon, algodón, polipropileno, etc), las aplicaciones que poseen, sus diseños y la extensión que tienen. De profundizar nuestros conocimientos al respecto y analizar las características de cada cuerda, podremos distinguir a las sogas enrolladas, a las sogas trenzadas, a las sogas artesanales y a las sogas industriales, entre muchas otras.

Los bomberos, por ejemplo, suelen emplear cuerdas resistentes pero livianas en operaciones de rescate, mientras que los niños suelen utilizar sogas infantiles (por lo general, de colores y con dibujos de personajes) para saltar a modo de juego. Estos elementos, además, se anudan y se tensan para sujetar con firmeza una hamaca.

También hay sogas especialmente fabricadas para los barcos, juguetes desarrollados con sogas destinados a mascotas, sogas para delimitar el ring donde se boxea, sogas para tender la ropa y sogas para sujetar un arnés, por agregar otras opciones que demuestran la diversidad que existe a nivel mundial en materia de sogas.