Tipos de ladrillos


La edificación de casas requiere un material de formato rectangular que, unido a otros elementos, permite levantar paredes y/o muros: el ladrillo.

Estas piezas por lo general de color anaranjado que a todos los involucrados en el rubro de la construcción le resultan familiares pueden tener diversas apariencias y utilidades, por eso en este artículo intentaremos abarcar todas las alternativas en materia de ladrillos para que ustedes sepan qué variantes hay y conocer si hay algunos que no se destinan a los cimientos.

En primer lugar, hay que aclarar que cuando se pretende realizar una obra en un ambiente exterior que luzca un acabado determinado, el ladrillo más recomendable es el caravista. De necesitar piezas que vayan a estar ubicadas en sitios en los cuales la temperatura sea elevada (como sucede en las inmediaciones de una chimenea), en cambio, la opción más indicada es el ladrillo refractario.

Además de ellos, hay ladrillos perforados; otros más decorativos que se conocen como ladrillos manuales; ladrillos macizos; ladrillos aplantillados y ladrillos huecos. Sobre estos últimos hay que agregar que se pueden conseguir diversas modalidades ya que hay ladrillos simples, dobles y triples.

Claro que, como sabrán muchos de ustedes, el término también se emplea para nombrar a los coloridos bloques de juguete que le permiten a los más pequeños armar diversas figuras; para describir en varios rincones del mundo al individuo que es capaz de ingerir alcohol en exceso sin padecer una borrachera (“ladrillo seco”) y para presentar a una barra de chocolate que posee apariencia de ladrillo.