El concepto de respirador puede emplearse como adjetivo para describir a un ser que tiene la capacidad de respirar (“Los individuos que respiran por la boca y casi no logran respirar por la nariz son considerados respiradores bucales”, por citar un ejemplo de este uso) o bien para hacer alusión a los músculos que intervienen en el proceso respiratorio pero, en el plano de la Medicina, esta palabra identifica a una máquina.

Existen muchas clases de equipos que los profesionales de la salud utilizan para asistir a los pacientes que, por alguna razón, no logran respirar por sus propios medios o lo hacen de manera insuficiente.

Desde que se inventaron los respiradores artificiales, fueron varios los modelos que surgieron, por eso en esta ocasión quisimos abordar el tema y describir algunas de las maquinarias más comunes y utilizadas.

Antes de apelar al uso de los respiradores modernos de programación automática, se usaron múltiples dispositivos que, a medida que la tecnología avanzó, fueron reemplazándose por otros más eficaces, seguros y cómodos.

A mediados de la década del ’80, por ejemplo, la firma Avon Rubber presentó el S10 NBC, un respirador que reemplazó a la versión S6 y que consiste en una máscara que ofrece protección frente a sustancias y gases nucleares, biológicos y químicos. De ahí su nombre, cuya sigla hace referencia a la expresión Nuclear Biological Chemical.

Otras versiones y modalidades de respiradores: respirador de alta frecuencia; respirador volumétrico; respirador manual; respirador portátil y tubo respirador (o esnórquel), por citar algunas más.