Tipos de población


Cuando se habla de población, por lo general, se busca hacer referencia al grupo de individuos que residen en un determinado rincón del planeta. La noción, que tiene su origen en el vocablo latino populatĭo, puede abarcarse desde el plano ecológico (para nombrar a seres de una misma especie que comparten el hábitat) o bien desde la sociología (y apuntar entonces al conjunto de personas o cosas que han sido relevados por medio de un muestreo).

Como las poblaciones humanas pueden tener muchas particularidades y destacarse por diferentes cuestiones, quienes analizan los núcleos poblacionales suelen hacer uso de múltiples categorías para enmarcar a cada grupo estudiado.

Así, por lo tanto, se pueden llegar a identificar poblaciones activas (sectores involucrados en la cadena productiva que reciben dinero a cambio de su esfuerzo y trabajo) y poblaciones de riesgo (aquellas integradas por individuos vulnerables a nivel social y físico que son, por sus precarias condiciones de vida, propensos a contraer ciertas enfermedades y padecer determinados inconvenientes).

La clasificación mencionada en el párrafo anterior, además, incluye a las poblaciones inactivas (formadas por jóvenes y mayores que no trabajan), a las poblaciones desempleadas (denominación que se extiende a todas las personas en edad y condiciones de trabajar que no reciben una remuneración por su labor), a la población mundial y a la población rural (núcleos asentados lejos de las ciudades que poseen jurisdicción propia y desarrollan, por lo general, actividades agrícolas, pesqueras, ganaderas, etc.), entre muchas otras.

Por otra parte, las poblaciones biológicas pueden ramificarse en función de sus características en poblaciones familiares, poblaciones gregarias y poblaciones estatales.