Se conoce como velocidad a una magnitud que aprovecha la unidad conocida como metro por segundo para indicar cuál es la distancia que ha cubierto un objeto, aunque resulta interesante mencionar que este término derivado del latín velocĭtas posee otras acepciones.

Respecto a un movimiento, por ejemplo, esta palabra permite describir la rapidez con que se ha producido la acción, así como también brinda la posibilidad de reflejar eventuales variaciones de un determinado fenómeno. Como sabrán, es habitual marcar a qué velocidad iba un coche antes de chocar así como es frecuente analizar y comparar la velocidad del sonido y la de la luz, por citar algunos ejemplos.

Claro que, como el alcance de esta noción es amplio, se hizo necesario crear varias categorías que aportaran mayores precisiones sobre el significado concreto para cada ámbito donde se utilizara. Así, entonces, en Química se comenzó a hablar de velocidad de reacción para determinar las condiciones en las cuales reacciona una cierta materia o sustancia, mientras que en el mundo del deporte se adoptó el concepto para resaltar la rapidez de los deportistas y para bautizar a una clase de carrera o disciplina.

En el campo de la Mecánica, por otra parte, se suele definir como velocidad angular al ángulo formado a partir del radio de un objeto al girar alrededor de un eje, pero todavía quedan otros tipos de velocidad para citar, tal como ocurre con la velocidad de obturación, la velocidad de traslación de un planeta y la velocidad de transferencia de datos, entre otras.