Los conductores de programas televisivos, los locutores, los periodistas y los cantantes comparten en sus respectivas actividades profesionales el hecho de utilizar un micrófono.

Este elemento puede presentarse en diversos formatos y hasta definirse de distintas maneras, pero siempre cumple la función de amplificar las ondas sonoras al convertirlas en corrientes eléctricas.

A fin de garantizar un funcionamiento acorde a lo que se busca en los distintos ámbitos donde el micrófono es una pieza fundamental para llegar a la mayor cantidad de oyentes posible, existen en el mercado actual micrófonos parabólicos, otros bidireccionales y hasta opciones omnidireccionales.

Además de los mencionados, se pueden conseguir micrófonos de zona de presión; micrófonos de gradiente de presión; micrófonos unidireccionales de interferencia y otros que, de acuerdo al tipo de transducción mecánico-eléctrica que posean, se definen como micrófonos piezoeléctricos, micrófonos de carbón, micrófonos magnetoestrictivos, micrófonos magnéticos, micrófonos dinámicos (que pueden ser de bobina o de cinta) y micrófonos electrostáticos (como el de condensador, por citar un ejemplo).

Asimismo, quienes suelen jugar al paintball utilizan con frecuencia los denominados micrófonos de garganta, un elemento bautizado también como laringófono que tiene la particularidad de captar los sonidos por medio de sensores ubicados en la zona del cuello del emisor del mensaje.

La utilidad que se les dé y la forma que tengan, por otra parte, también son factores que determinan otras clasificaciones, tal como ocurre con el micrófono de estudio, el micrófono de contacto, el de mano, el inalámbrico, el de corbata y el micrófono mega-direccional.