La cerveza es una bebida alcohólica que se elabora con granos de cebada u otros cereales fermentados en agua. Para satisfacción de quienes disfrutan esta bebida, existen múltiples variantes a la hora de fabricar cerveza. Incluso, existe una alternativa con bajo o directamente nulo contenido de alcohol que puede ser comercializada sin restricciones a los menores de edad.
Según los ingredientes y aditivos empleados, las propiedades que se le otorguen, la calidad que posea y la cultura que la valore, la cerveza adquiere diversas denominaciones.
Para ciertos pueblos, por ejemplo, la fermentación ha constituido desde siempre un acto de carácter mágico vinculado a las divinidades: de ahí, pues, que optaran por catalogar a la cerveza de bebida sagrada.
Con los años, asimismo, harían su aparición la cerveza vulgar (consumida en tabernas, considerada como bebida popular y caracterizada por su baja calidad), la cerveza monacal y la cerveza laica (de frailes y laicos) y la cerveza transparente (de tonalidad más clara respecto a las más antiguas que inventaron los cerveceros checos y alemanes).
Hoy en día, es posible hallar distintos estilos que varían en función del nivel de fermentación, sus ingredientes y hasta del color. Así, entonces, las cervezas de fermentación baja como Bock y Lager se diferencian de las de fermentación alta como Steinbier y Weissbier. Éstas, a su vez, poseen diferencias con las denominadas cervezas sin gluten.
De querer ampliar las variedades, entonces se puede hablar de cerveza rubia, cerveza afrutada, cerveza scotch, cerveza doble, cerveza roja, cerveza negra y cerveza trapista, entre muchas otras opciones.