Cuando el sueño y la decisión de tener un hijo están pero el embarazo no llega aún después de un año o más de hacer intentos frecuentes, muchas parejas deciden consultar especialistas para determinar si tienen, o no, problemas puntuales que les impiden concebir. Tras el diagnóstico, comienza la etapa de investigar, informarse y analizar alternativas para someterse al tratamiento de fertilidad que les ofrezca más confianza y posibilidades de éxito.
En este artículo repasaremos diferentes tipos de tratamientos de fertilidad a modo de referencia. En caso de necesitar más precisiones o tener dudas sobre la reproducción asistida, el camino más adecuado y seguro es consultar con un profesional que estudie cada situación en particular, oriente a la pareja y la guíe a lo largo de estos procesos donde el deseo y la confianza se mezcla con los miedos, la ansiedad y un sinfín de sensaciones.
En primer lugar, es importante saber que hay tratamientos de distinta complejidad con resultados variables. Al investigar sobre reproducción asistida de baja complejidad aparecen como opciones a tener en cuenta la inducción de la ovulación mediante medicación, la estimulación de la ovulación junto a relaciones pactadas o estipuladas y las inseminaciones intrauterinas.
Los tratamientos de fertilidad de alta complejidad, por su parte, contemplan la fertilización in vitro, las técnicas de transferencia tubárica y las inyecciones intracitoplasmáticas del espermatozoide en el ovocito.
Resulta interesante tener presente que algunas técnicas y procedimientos, que pueden llegar a desembocar en un embarazo múltiple, están dirigidas tanto a las mujeres como a los hombres.