Para los lectores que recién se suman al sitio volveremos a hacer alusión a las tasas de cambio, también conocidas como tipo de cambio. Incluso, esta nota puede servir para quienes sí leyeron el artículo anterior pero necesitan refrescar conceptos y recordar ciertas categorías.

Tal como indicamos en su momento, esta expresión refiere al precio o valor de una cierta divisa. Claro que existen clasificaciones que permiten acceder a nociones precisas para hablar con propiedad y saber con exactitud qué se quiere informar o bien qué datos se nos proporcionan.

No es lo mismo, por ejemplo, hacer foco en los tipos de cambio fijos (un sistema rígido donde el Banco Central tiene un rol clave) que hacer alusión al tipo de cambio flexible (aquel donde se toma en cuenta tanto la oferta como la demanda de las divisas).

Por otra parte, para que no haya confusiones acerca de cuánto cotiza una moneda en el mercado extranjero es importante saber si se contextualiza la información en torno a los tipos de cambio reales (en estos casos, el individuo de un país puede intercambiar servicios o bienes con gente de otro país) o en los tipos de cambio nominales (el más común, donde se contempla cuántas unidades se requieren de una cierta moneda para poder acceder a una unidad de otra moneda).

Asimismo, es posible marcar diferencias en cuanto a los plazos. Al respecto, se pueden mencionar dos alternativas: el tipo de cambio spot (aquel que interviene en operaciones al contado) y el tipo de cambio futuro (se tiene en cuenta para transacciones que se cierran en el presente pero se liquidan tiempo después).