Sabemos, sin necesidad de especializarnos en cuestiones lingüísticas ni gramaticales, que el contenido y el formato de un texto puede variar y entonces dar lugar a diferentes clasificaciones. Entre toda la variedad existente, sin importar de qué idioma se trate, podemos reconocer a los textos de carácter científico.
Dentro de este grupo donde se prioriza la información concreta y el lenguaje preciso pero claro, además, hay muchas categorías. Repasarlas y hacer foco en las particularidades de cada subconjunto es el desafío de los párrafos siguientes.
Es usual, por ejemplo, que se elaboren artículos científicos para ser publicados en revistas especializadas. El propósito de estos textos donde se puede ahondar en múltiples temáticas es divulgar, con precisión y redacción sencilla, resultados de investigaciones, hallazgos o cuestiones que resulten de interés dentro de la comunidad científica.
Por otra parte, se pueden reconocer como parte de este conjunto a las tesis doctorales que un autor y/o estudiante prepara y presenta a fin de alcanzar el grado de Doctor. Estos escritos requieren el cumplimiento de ciertos pasos y tienen una extensión variable, pero siempre deben respetar el estilo que caracteriza a un texto científico. Cuando estos desarrollos se intensifican, pasan a transformarse en monografías científicas, otra clase de alternativa que está considerada, al igual que las memorias de licenciatura y las opciones anteriormente mencionadas, como textos científicos.
Como resulta evidente, hay muchos medios, espacios, posibilidades y razones para llevar a cabo un texto de tinte científico bajo diferentes modalidades y darlo a conocer para su promoción, análisis y evaluación por las vías correspondientes.