Hoy en día, gran parte de nosotros relaciona al surf con el mar por la popularidad que adquirió el deporte basado en deslizarse por las olas estando de pie sobre una tabla, pero no siempre fue así.

De acuerdo a la información que ofrece el diccionario de la Real Academia Española (RAE), en la década de 1960 el surf identificaba a un baile típico de la época. Este estilo musical, si bien está inspirado en la cultura del surf como forma de vida (es decir, de acompañar o complementar la práctica de surf con un lenguaje, costumbres y una vestimenta particular), ha dado origen a múltiples variantes que influyeron en otros géneros posteriores. Existen, por ejemplo, el surf rock (opción donde predomina la parte instrumental) y el pop surf vocal (grupo que engloba a algunas baladas y música para bailar).

Se trata, como se advierte al buscar información relacionada a la actividad, de una propuesta de amplio alcance que contempla un gran número de modalidades que enriquecen y diversifican al mundo del surf.

Por ejemplo: al indagar sobre cómo “doman” las olas los surfers aparecen distintas alternativas deportivas, entre las cuales se pueden mencionar al surf de remo (disciplina que invita a permanecer de pie sobre una tabla mientras se avanza con ayuda de un remo), al kite surf (con arnés, tabla, una cometa para generar tracción, etc) y al surf a vela o windsurf (tabla complementada con una vela).

Distinto es el caso del surf aéreo, una propuesta que se lleva a cabo con tablas similares a las del surf acuático (pero de dimensiones más pequeñas) para realizar acrobacias y saltos en caída libre.