Las estructuras que organizan y jerarquizan acciones así como también contemplan pasos propios de un procedimiento de carácter industrial se definen como sistemas de producción.
Estos esquemas, tal como se desprende de la práctica, se aplican a la producción tanto de bienes como de servicios. Como no siempre se utiliza la misma metodología y los recursos varían, los sistemas de producción pueden clasificarse de diferentes maneras de acuerdo a las particularidades que posean y a los rasgos distintivos que se prioricen a la hora de analizarlos.
Cuando un sistema de producción existe concretamente en el plano material, por citar una posibilidad, se habla de un sistema físico, mientras que si sólo responde a una planificación o a una estructura de tono conceptual, se lo define como sistema abstracto.
Asimismo, si el esquema surge a raíz de elementos o factores propios de la naturaleza, se lo cataloga como un sistema de producción natural. Por otra parte, de haber intervención humana en el desarrollo del proceso industrial adquiere relevancia el concepto de sistema de producción elaborado.
Más allá de los mencionados líneas arriba, existen otras modalidades en materia de sistemas de producción, tales como los sistemas técnicos (aquellos que hacen uso de recursos tecnológicos), los sistemas sociales (en los cuales se valora el rol y las necesidades de la sociedad), los sistemas abiertos (difíciles de predecir a nivel de funcionamiento), los sistemas cerrados (controlados con anticipación y con manejos preestablecidos), los sistemas por proceso, los sistemas por órdenes, los sistemas intermitentes y los sistemas modulares, por agregar más clasificaciones a modo de referencia.