Los primates antropoides se suelen definir como simios. En Zoología, esta palabra procedente del vocablo en latín simĭus se aprovecha para identificar al suborden de esta especie animal cuyos exponentes suelen vivir tanto en condiciones salvajes como en cautiverio (en zoológicos o bioparques, por citar algunos de los lugares donde suelen vivir si su hábitat natural no es una alternativa válida).
Si uno busca mayor información al respecto, no tardará en advertir que esta noción contempla múltiples clasificaciones que describen en detalle a cada ejemplar. Los simios antropomorfos de gran porte, por ejemplo, integran el conjunto de los grandes simios, tal como ocurre con el chimpancé, el orangután y el gorila. También, como sabrán o recordarán muchos de ustedes, hay simios famosos que se hicieron célebres ya sea por un libro o por una película, tal como los casos del inolvidable King Kong y de Cheeta (estrella de la saga ‘Tarzán’).
Asimismo, si se tiene en cuenta el origen de cada familia, adquirirán relevancia los grupos de los simios africanos, de los simios asiáticos y de los simios americanos, por citar algunas de las categorías más populares.
Más allá de cómo se defina o se presente a los simios, resulta importante recordar que dentro de este conjunto existe, lamentablemente, un gran número de ejemplares en peligro de extinción. Ya a lo largo de la Historia, muchas especies han desaparecido por el accionar del hombre, que destruye el hábitat natural de estas criaturas, los captura para consumir su carne o bien los caza para desarrollar un mercado ilegal basado en el tráfico de ciertos simios.