El mail, conocido en español como correo electrónico, es un servicio que se logra a través de Internet y que permite a dos o más usuarios llevar adelante una comunicación de carácter electrónico. Para enviar y recibir mails, como sabrán muchos de ustedes, se requiere un ordenador con conexión a Internet y dos direcciones de correo: una del emisor y otra del destinatario. Por esta vía, además de textos de extensión variable, es posible hacer llegar archivos de audio e imagen.
Según se desprende de la práctica, existen diversas clases de mails. Hay correos electrónicos que se intercambian de manera informal entre amigos, familiares y amigos, pero también es común que existan correos electrónicos publicitarios, armados y enviados por empresas que desean difundir sus productos o servicios.
Asimismo, es posible identificar a los correos electrónicos corporativos que circulan de manera interna entre los empleados de una compañía para que todos estén al tanto de novedades, modificaciones, etc.
A veces, quien usa una cuenta de mail advierte que algunos mensajes son dirigidos por sistema a la carpeta de correo electrónico no deseado. A menudo, se trata de spam, es decir, de envíos expedidos de modo masivo generalmente con fines publicitarios sin que el receptor haya dado su dirección para autorizar o solicitar el envío de información.
Lamentablemente, también hay casos de mails hackeados: se trata de cuentas que han sido vulneradas con propósitos maliciosos. Para acceder a su cuenta, el usuario debe ingresar una contraseña: cuando un hacker la descubre, puede ingresar a ella y disponer de toda la información almacenada allí.