En todas las comunidades es posible distinguir diferentes clases sociales. Así se conoce a los niveles formados por personas que poseen un mismo estilo de vida, con costumbres, intereses y posibilidades en común.

El poder adquisitivo, el lugar que ocupan en la sociedad y su forma de vivir son claves al momento de enmarcar a alguien en una determinada clase social. A lo largo de la Historia, muchos sociólogos y filósofos abarcaron la idea de clase social con distintos enfoques e interpretaciones, pero en esta oportunidad para evitar explicaciones complejas nos limitaremos a describir y a categorizar las clases sociales de manera sencilla y directa.

Sin necesidad de ser expertos, cualquiera de nosotros puede reconocer dentro de una sociedad a las clases sociales más bajas (integradas por los sectores más desfavorecidos, en los cuales hay carencias, privaciones y obstáculos de todo tipo, muchas veces con familias que no disponen siquiera de los servicios básicos para llevar adelante una vida digna), a las clases sociales medias (gente con medios para progresar a partir de la cultura del trabajo, el sacrificio y la lucha constante) y a las clases sociales más altas (los ciudadanos más privilegiados, que disponen de importantes sumas de dinero incluso simplemente por pertenecer a una familia distinguida).

Otra forma de agrupar a los habitantes de un país o ciudad es a partir de la diferencia entre clase dominante (compuesta por gente que tiene poder económico y consigue poder político para tomar el control de la administración y el funcionamiento de la región) y clase dominada (sus integrantes no pueden ser independientes, deben servirle a sus superiores y responder a las órdenes de ellos).