En distintas clases de textos se utiliza el recurso de la cita textual. Se trata de una herramienta que permite aportar información en primera persona, reforzar un dato incluido en una nota, generar polémicas a partir de un testimonio, etc.

Hay muchas formas de insertar en un párrafo una cita textual. Cuando se respeta palabra por palabra lo expresado por alguien, por ejemplo, se la define como una cita textual directa. En este caso se emplean comillas de apertura y de cierre para marcar la declaración. Es posible distinguir, además, las citas textuales cortas o breves (no superan las cuarenta palabras), las citas textuales breves con énfasis en el contenido (se complementa el textual extraido de un libro con datos sobre el autor, el año y la página de donde se tomó el material) y a las citas textuales breves con énfasis en el autor (la identidad del autor va en primer lugar). Asimismo, se pueden reconocer citas textuales cortas donde lo más importante es el año y citas textuales de gran extensión (se identifican con detalles de margen y sin espaciado sencillo).

Las citas textuales indirectas, en cambio, se aprovechan para respetar una idea pero no necesariamente cada palabra expresada. En este caso, la lectura se vuelve más fluida porque prácticamente no se requieren las comillas ni los cortes que caracterizan a las citas textuales directas. Por ejemplo, en un artículo periodístico puede leerse: El escritor anunció su retiro del mundo de las letras “por razones personales” y dijo que ya no dará entrevistas.