Entre todas las frutas que podemos incluir en nuestra dieta aparecen las ciruelas, tal el nombre que recibe el fruto del ciruelo. Las variedades son numerosas: conocerlas y saber las características de cada una ayuda a elegir la más adecuada para cada preferencia personal o plato a preparar. Con algunas, por describir una posibilidad, se pueden elaborar postres como una tarta de ciruela o una ensalada de frutas, mientras que otras se reservan para menúes agridulces, tales como costillas de cerdo con salsa de ciruela, bondiola a la mostaza mechada con panceta y ciruela, etc.
La ciruela claudia, por ejemplo, tiene la particularidad de tener mucho jugo, formato redondo, tonalidad verde y ser dulce. La ciruela de corazoncillo también es verdosa, pero su apariencia es chata y similar a la forma de un corazón.
La ciruela zaragocí, por su parte, es nativa de Zaragoza y se destaca por su color amarillo, mientras que la llamada ciruela india es una fruta con tonos amarillos, naranjas, verdes y rojos según su grado de madurez. La ciruela pasa, por su parte, es un tipo de fruto seco que se obtiene al deshidratar la fruta, como ocurre con el higo, la uva, etc.
Las opciones también incluyen a la ciruela verdal, a la ciruela regañada, a la ciruela porcal, a la ciruela imperial, a la ciruela de yema, a la ciruela de pernigón (o ciruela de data), a la ciruela de dama, a la ciruela de fraile, a la ciruela de Génova y a la ciruela damascena (o amacena), entre muchas otras.