Por ser un elemento destinado a tareas de limpieza, aseo personal y de alisar una superficie, en todo hogar suele haber alguna clase de cepillo. Seguramente ustedes tengan muy presente al cepillo de dientes que se utiliza cada vez que se necesita higienizar la boca con pasta dental, pero al buscar más información sobre el tema es posible determinar la existencia de muchas otras clasificaciones.

Los cepillos que permiten quitar nudos y suavizar el cabello, por ejemplo, pueden categorizarse en función de sus materiales y formatos en cepillos redondos (que, a su vez, pueden incluir la opción del cepillo térmico en caso de que funcionen con calor sobre pelo mojado), cepillos planos (ideales para generar volumen y textura) y cepillos acolchados (se adaptan a cualquier clase de pelo y pueden emplearse a diario). Asimismo, existen cepillos especialmente fabricados para peinar el pelo de perros y/o gatos, así como para limpiar y suavizar el pelaje de los caballos. Los estilistas y peluqueros, por su parte, suelen utilizar en su ámbito de trabajo un pequeño cepillo “sacapelo” para poder barrer y eliminar los restos de pelo que quedan sobre el cuerpo y rostro de la persona que se ha sometido a un corte.

De buscar otras alternativas, también ganarán relevancia los cepillos para la ropa (suelen ser anchos para poder quitar pelusas, polvo, etc), los cepillos de autolavado (suelen tener forma cilíndrica y un mecanismo rotativo), los cepillos circulares (también suelen tener un funcionamiento rotativo y se aprovechan, por ejemplo, en las máquinas pulidoras), los cepillos o escobillas de baño (para eliminar suciedad en inodoros, por ejemplo) y los cepillos suaves que se usan sobre el rostro para distribuir bien el maquillaje, entre otros que amplían y diversifican el alcance de este producto.