Un carácter puede ser una señal o marca que se deja (ya sea de forma esculpida, pintada o impresa) sobre algo; un signo de escritura; un estilo de tipos de imprenta; un conjunto de cualidades propias de un objeto, individuo o agrupación que marca una diferencia entre ellos y el resto; una condición dada a alguien o a algo por la dignidad que sustenta o la función que posee; la fuerza, energía, firmeza o elevación natural del ánimo de una persona o un modo de decir o expresar.
Cuando se habla de carácter adquirido, por ejemplo, se hace foco sobre los rasgos anatómicos o funcionales que el animal no ha heredado sino que ha adquirido a lo largo de su vida, pero si se desea hacer hincapié en aquellas cuestiones que se han transmitido de una generación a otra en animales y/o plantas la expresión más frecuente es la de carácter heredado. El carácter sexual, por su parte, agrupa a todas las particularidades que permiten distinguir a los organismos masculinos de los femeninos y viceversa.
Otras clases de carácter que pueden abarcar múltiples campos, tales como la música, la biología, la informática y la teología, por citar algunos: carácter singular, carácter de control, carácter nacional, carácter sacramental, carácter biológico, carácter chino, carácter musical, carácter vitalicio, carácter transitivo, carácter agresivo, carácter universal, carácter fuerte, carácter transitorio, carácter redondo, carácter lúdico, carácter literario, carácter bipolar y carácter laico, aunque la lista es más extensa e incluye a muchas otras alternativas que permiten extender el alcance de este concepto.