En todo hogar siempre hay algún cable. Saber reconocer a esta clase de cuerda que se conecta a la electricidad o genera enlaces para que, de alguna manera, un aparato funcione es fácil: lo complicado es descubrir para qué sirve cada cable y cuál es, en función de sus particularidades, la clasificación que le corresponde.
Solemos ver cables detrás del televisor; en la computadora según la tecnología que tenga para conectar los parlantes, el micrófono y otros dispositivos similares; entre el enchufe y la licuadora; y cables tendidos en zonas altas para llevar, desde la calle a los hogares, servicios como luz, Internet, etc. Pocas veces, sin embargo, tenemos los saberes precisos para identificar a cada uno, por eso en esta ocasión repasaremos esta cuestión.
Para no hacer difícil la comprensión de este artículo, nos limitaremos a señalar en primer lugar que existen cables de tensión baja, media y alta. Para prevenir accidentes, estos elementos se desarrollan con material aislante: pueden encontrarse en este marco cables en papel impregnado o cables protegidos por medio de aislamientos poliméricos extrusionados. De todos modos, es fundamental manipular los cables con cuidado y, en lo posible, no entrar en contacto con ellos si no se cuenta con los conocimientos apropiados.
De hacer foco en los cables de conducción eléctrica, encontramos como alternativas a los cables de par trenzado (utilizado en el campo de las telecomunicaciones), a los cables apantallados (también conocidos como blindados), a los cables coaxiales (distribuye señales eléctricas de frecuencia alta) y a los cables de pares (empleados en telefonía, redes de datos, etc).
Otras clases de cables que diversifican al rubro: cables de fibra óptica, cables de tranvías, cables submarinos, cables de alambre, cables de cadena, televisión por cable.