El pez selacio marino conocido por el común de la gente con el nombre de tiburón es un impactante animal de cuerpo fusiforme que puede medir entre cinco y nueve metros. Estos predadores se caracterizan por su voracidad y por tener hendiduras branquiales laterales así como también una abertura bucal arqueada que se localiza en la parte inferior de su cabeza.

De acuerdo a las características físicas de cada ejemplar, esta especie puede ser clasificada como hexanquiforme (grupo integrado por el tiburón anguila, el tiburón vaca y el tiburón cañabota); squaliforme (conjunto de siete familias en el cual se destacan el tiburón pigmeo y el tiburón de Groenlandia); pristoforiforme (tiburón sierra), squatiniforme (tiburón ángel), heterodontiforme (suño cornudo); orectolobiforme (tiburón alfombra, tiburón nodriza y tiburón ballena); carchariniforme (tiburón toro, tiburón martillo, tiburón tigre, pintarroja, tiburón gris, cazón y tiburón azul) o lamniforme (tiburón mako, tiburón duende, tiburón boquiancho, el azotador, tiburón peregrino, tiburón toro y tiburón blanco).

En el pasado, según se desprende de las investigaciones realizadas sobre la historia de esta especie que logra mantener de forma parcial su temperatura corporal por encima de la temperatura de su hábitat, hubo también tres clases que se crearon para abarcar otros ejemplares: la eugeneodontiforme, la xenacantiforme y la symmoriida.

El tiburón volante, el tiburón rugoso, el tiburón vista, el tiburón réquiem, el tiburón cebra y el tiburón martillo son, más allá de los grupos mencionados en los párrafos anteriores, otras clases de tiburones que habitan las profundidades marinas desde el periodo devónico.