La noción de idioma hace referencia tanto a la lengua de un pueblo o nación que es común a varios individuos como al modo particular de hablar en ciertos ámbitos u ocasiones. Respecto a esta última utilización, se pueden citar como ejemplos expresiones como “Los médicos parecen tener su propio idioma cuando intercambian opiniones profesionales”, “A veces no entiendo el idioma de los adolescentes” o “Sólo los enamorados entienden el idioma del amor”.
Cabe destacar que este sistema de comunicación propio del ser humano puede ser analizado desde diferentes perspectivas. Así, pues, es posible reconocer categorías amplias como la de idiomas por país o la de idiomas según el número de hablantes.
Ya más en profundidad, se pueden distinguir grupos más específicos como sucede con los de los idiomas o lenguas tonales (como el chino mandarín), idiomas muertos, idiomas judíos (tales como el yidis y el bújaro), idiomas indígenas (como el quechua, el guaraní, el maya y el aimara), idiomas aislados (como el ya extinto guaicura que se hablaba en parte del actual estado mexicano de Baja California Sur, el alacaluf de Chile y el denominado purépecha que se habla en el occidente de México) e idiomas amenazados (como sucede con el lacandón, el matlatzinca, el tübatulabal y el yámana, entre otros).
Asimismo, es posible citar como idioma artificial (aquel que una sociedad planea, construye e implementa a partir del estudio de lenguas naturales) a alternativas como el lojban (combinación de chino, inglés, español, indonesio y árabe), el klingon de Star Trek, el brithenig, el eaiea y el toki pona, entre muchas otras.