La henna, material también conocido como jena y alheña, es un producto natural de tonalidad rojiza que se aprovecha como tinte, en especial para darle color al cabello y a diversas partes del cuerpo.

Es una opción milenaria que se popularizó en especial entre las mujeres indias, quienes encontraron en la henna una preparación capaz de mejorar el aspecto del pelo con brillo, color y más volumen. Cabe destacar que, a lo largo de la Historia, la alheña se ha aprovechado además para desarrollar perfumes con sus flores, para elaborar repelentes de insectos, para fabricar un conservante de telas y cueros y para combatir infecciones por su poder antimicótico.

En India, así como en otros rincones del mundo, es posible conseguir pasta de jena en cono ya preparada para usar como tinte. La procedente de la región de Rayastán, dicen aquellos que la conocen y aplican, se caracteriza por tener un tono rojizo, mientras que la originaria de la zona sur tiene una coloración marrón. La marroquí, en tanto, es una henna de marrón oscuro. Otro dato interesante a tener en cuenta para evitar confusiones es que no es negra la henna auténtica, sino que esta gama destinada a tatuajes se obtiene al adulterar la planta de manera fraudulenta.

Su estado de presentación, por otra parte, permite diferenciar entre henna sólida (comercializada en barras), henna en polvo y henna líquida (estas dos últimas opciones se destinan a la realización de tatuajes temporales y a teñir el cabello para, por ejemplo, cubrir las canas).