Para llevar una vida sana, además de una nutrición equilibrada hay que mantener el organismo en movimiento con ejercicio físico. Y dentro de las rutinas deportivas aparecen como opciones a tener en cuenta los ejercicios aeróbicos.

En esta clase de actividad, el oxígeno transforma las grasas en fuente de energía, por eso genera muchos beneficios en materia cardiovascular y pulmonar, además de contribuir a tonificar los músculos, a reducir los niveles de colesterol y a mantener un peso saludable.

Para evitar el aburrimiento y proponer alternativas que se adapten a las posibilidades y preferencias de cada persona, hay una amplia variedad de ejercicios aeróbicos.

Hay ejercicios aeróbicos que se pueden realizar en el hogar como ocurre con una rutina de baile o con entrenamientos basados en movimientos corporales que ejerciten diferentes partes del cuerpo (los brazos, la zona abdominal, las piernas). Otros ejercicios aeróbicos requieren otros espacios por necesitar mayor extensión (para ello se aprovechan áreas al aire libre como plazas o parques) o realizarse con máquinas o recursos específicos (en gimnasios), como sucede al nadar o al hacer series de bicicleta fija.

Es interesante mencionar además que los ejercicios aeróbicos se pueden realizar en soledad o en grupo, así como también con o sin música.

La intensidad también permite diferenciar propuestas. Hay ejercicios aeróbicos de bajo impacto que demandan menos energía (tal como ocurre al caminar) y ejercicios aeróbicos de alto impacto donde se agrupan las rutinas que exigen un elevado consumo de energía mientras dura la actividad. En este último caso, se involucran muchos músculos al mismo tiempo, como al correr o al saltar una cuerda.