Al aplicar el concepto de curso, saber y tener presente el contexto del mensaje es clave para comprender lo que se intenta decir. Porque esta palabra puede identificar al ciclo anual en el cual se brindan en una institución lecciones de una cierta materia o disciplina (“Me inscribí en un curso de computación”); hacer referencia a una dirección u orientación; describir al grupo de estudiantes que integran un mismo grado o nivel (“Era un curso de quince chicos, pero con muchos problemas de conducta”); apuntar a las gestiones o trámites necesarios para resolver un expediente; servir para indicar la evolución o el transcurso de algo (“No puedo proporcionar detalles para no desviar el curso de la investigación”) y ser útil para hacer alusión al movimiento de líquidos como el agua que avanzan por un cauce, entre otras cuestiones.
En Medicina, por plantear una posibilidad, se usa la idea de curso posoperatorio para abarcar el periodo de recuperación y rehabilitación tras una intervención quirúrgica, aunque en este lapso también pueden surgir complicaciones que deriven en el fallecimiento del paciente.
El curso forzoso, en cambio, es una obligación impuesta a nivel gubernamental que se basa en admitir, con fuerza liberatoria de pago, monedas que carecen de valor apreciable, billetes bancarios o títulos estatales.
De aludir al curso de agua o curso fluvial, podremos distinguir tres categorías: curso bajo, curso medio y curso alto, mientras que en el ámbito escolar diferenciaremos entre curso de alumnos, curso académico, curso teórico-práctico, cursos de verano, curso de capacitación, curso de orientación universitaria, cursos de posgrado, etc.