Se conoce con el nombre de caudalímetro a un instrumento que permite medir el gasto volumétrico de un cierto fluido o bien calcular su caudal. Estos dispositivos, señalan los expertos que los utilizan por cuestiones laborales, también se denominan flujómetros o medidores de caudal.

Las variedades existentes en materia de caudalímetros son numerosas y cada una tiene una particularidad que permite distinguirla del montón. Los caudalímetros ultrasónicos, por ejemplo, tienen una fuente de alimentación eléctrica y se subdividen en función de cómo lleven adelante la medición en caudalímetros de tiempo de tránsito y caudalímetros de efecto Doppler.

Hay, además, caudalímetros mecánicos visuales de forma cónica que se aprovechan por lo general para realizar mediciones de gases en sitios donde no se requiere mucha precisión. El caudalímetro mecánico de molino, por su parte, tiene aspas que se mueven a partir de la circulación del fluido y activan un contador, tal como ocurre con los dispositivos instalados en viviendas convencionales para medir el gas y/o el agua. Otra opción es el caudalímetro magnético, los cuales se basan en la fuerza de Lorentz.

Asimismo, es posible hallar caudalímetros electrónicos de molino (dotado con un sensor de efecto Hall) y caudalímetros electrónicos de turbina (con una turbina que hace un movimiento de rotación proporcional al caudal de fluido que circula por el interior del aparato). Los caudalímetros más comunes, de todas maneras, son los conocidos como caudalímetros diferenciales de presión, donde el caudal se determina a partir de la diferencia de presión detectada, la cual se puede medir de modo electrónico o mecánico.