El arroz es un producto muy presente en la gastronomía de muchos países. Este cereal puede consumirse en numerosas clases de preparaciones, ya sean frías o calientes. Además, forma parte de platos tanto dulces como salados, razón por la cual es interesante no sólo por su sabor sino también por todas las aplicaciones que posee. Claro que, para utilizarlo de manera apropiada y lograr con él excelentes resultados, hay que conocer sus variedades.

De acuerdo a la forma que presenta, podemos llegar a distinguir al arroz de grano corto frente al arroz de grano largo. Asimismo, se puede encontrar arroz silvestre y arroz de grano medio.

Su apariencia y propiedades, en cambio, dan lugar a las clasificaciones de arroz aromático (como lo es, por ejemplo, el arroz jazmín), de arroz pigmentado y de arroz glutinoso. Saber las particularidades de cada uno permite elegir el más adecuado para cada comida.

De ser sometido a algún tratamiento de carácter industrial, el arroz podrá ofrecerse precocido (para agilizar los tiempos de cocción final) o vaporizado (tratamiento que despoja al grano del salvado para volverlo más rico a nivel nutricional).

Al hacer foco en los platos que se logran con el arroz como ingrediente principal, las alternativas traspasan épocas, culturas y fronteras. Como opciones a tener en cuenta aparecen el arroz abanda, el arroz a la chorrera, arroz a la cubana, arroz con leche y el arroz negro, entre otras.

Otras clases de arroz que diversifican al producto según cómo se cocine, se presente o se combine: arroz frito, arroz viudo, arroz integral, arroz inflado…