Los medicamentos, así como los soportes nutricionales que en ocasiones se necesita administrar para mantener en buen estado a un paciente, se administran de diferentes maneras. A modo informativo, en los párrafos siguientes describiremos distintas modalidades que se contemplan como vías de administración, ya sea de un remedio, una vacuna, etc.

La forma más habitual es ingerir un fármaco por vía oral (jarabes, pastillas), aunque también es frecuente la administración de una medicación por vía respiratoria (en casos de urgencia, por medio de aerosoles, sustancias que se inhalan). Existen además preparados que se absorben en la boca ya que, por indicación del profesional que los receta, se administran por vía sublingual (es decir, por debajo de la lengua).

De existir un inconveniente en la región de la vista, en cambio, se acostumbran los tratamientos de administración por vía oftálmica, con aplicaciones controladas en cantidad y localizadas en la zona de los ojos.

Las cremas con efectos terapéuticos, por otra parte, se administran por vía tópica en áreas específicas del cuerpo. Cuando el tratamiento requiere traspasar la piel para llegar a los capilares, se emplea la vía transdérmica, que por lo general se lleva a cabo con parches.

Ya más complejas son las técnicas para administrar medicación por vía digestiva. Cuando la persona no está en condiciones de deglutir, tanto los fármacos como los nutrientes se administran bajo supervisión médica por vía gastroentérica. Para lograr este objetivo se llevan a cabo procedimientos quirúrgicos como la gastrostomía y la colostomía y se utilizan sondas.

La vía rectal, por otra parte, es una alternativa que se utiliza en ciertas circunstancias para obtener resultados localizados.

Otras modalidades de administración de fármacos que se suman a las ya mencionadas en los párrafos anteriores: vía subcutánea, vía intravenosa, vía intramuscular.