Al pensar en tradición, inmediatamente la mayoría de nosotros asocia la idea con las nociones de costumbre, hábito o folclore (es decir, actividades, dogmas, prácticas propias de un lugar o comunidad que se transmiten de generación en generación), pero el término tiene muchas otras interpretaciones y riquezas. Por esa razón, en los párrafos siguientes describiremos distintas clases de tradiciones y abordaremos sus aplicaciones en múltiples áreas.

Si hacemos foco en cuestiones literarias, por ejemplo, encontraremos que ciertas historias poseen tradición oral ya que no se difunden desde un texto escrito sino por medio de la repetición hablada. A nivel religioso, en cambio, es posible hacer referencia a la tradición apostólica que invita a transmitir la palabra de Cristo que no fue plasmada en las Santas Escrituras.

El ámbito del Derecho, por otra parte, interpreta a la tradición como el proceso por el cual un objeto es entregado o cedido a una persona física o a una persona jurídica.

Frente a un pueblo, asimismo, podremos reconocer a sus rutinas, creencias, actividades y cultura como parte de sus tradiciones populares, nucleadas también en torno a la noción de folclore.

De profundizar en los alcances de esta palabra encontraremos como referencias muchas otras clasificaciones que comprueban el amplio alcance del vocablo. Entre esas variedades aparecen las tradiciones scouts, la tradición hindú, la tradición tántrica, las tradiciones geográficas, las tradiciones militares, la tradición sacerdotal, la tradición litúrgica, la tradición védica y las tradiciones referentes a las historietas, por enumerar algunas alternativas para sumar a las presentadas en los párrafos anteriores.