La información sobre clases de suplementos no estaría completa si hoy no complementáramos los artículos anteriores (uno general y otro centrado en los suplementos deportivos) con datos relacionados a los suplementos alimenticios. Por esa razón, en los párrafos siguientes vamos a brindar referencias sobre categorías que se reconocen como parte de este conjunto.
Si bien la idea de esta clase de producto es complementar la alimentación para evitar algún déficit nutricional (es decir, no reemplazan la dieta tradicional sino que la potencian o mejoran), existen diferentes presentaciones y variedades. De ahí que sea interesante prestar atención a estos preparados.
En primer lugar, hay que resaltar que entre los suplementos alimenticios se pueden hallar cápsulas, polvos, sustancias líquidas y pastillas que aportan minerales, vitaminas y otros nutrientes. Importante más allá de formatos, cantidades, marcas o variedad: es fundamental consultar con un nutricionista antes de ingerir cualquiera de estas alternativas.
De buscar más precisiones por simple curiosidad o para estar informados al respecto, podremos optar por los compuestos multivitamínicos para compensar las dosis diarias que no consumimos de vitaminas; proteínas en polvo; suplementos naturales (como el polen, el hígado de pescado, etc), los suplementos nutricionales alcalinos, los suplementos nutricionales sin lactosa o los suplementos sintéticos o artificiales (creados en un laboratorio), aunque la oferta es mayor a la mencionada en esta ocasión y puede profundizarse a través de categorías como la de los suplementos alimenticios homeopáticos, la de los suplementos nutricionales para personas de la tercera edad o la de los suplementos nutricionales orientados a deportistas.