Si llegaron a este artículo en busca de información sobre las modalidades de sujeción que existen a nivel general, seguramente verán superadas sus expectativas porque no sólo encontrarán en los párrafos siguientes una enumeración de categorías que amplían y diversifican al concepto sino también datos teóricos importantes para saber qué se entiende por sujeción.
En primer lugar, es fundamental destacar que esta palabra deriva del vocablo en latín subiectĭo. De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), identifica al intento (o logro) de sujetar a alguien o a algo y al sistema que permite que una cosa o parte de un organismo quede inmovilizada, firme y bien asegurada a una base.
Los expertos en Retórica, en cambio, le encuentran dos significados a esta noción. Por un lado la conciben como la figura o recurso utilizado por escritores u oradores para responder las preguntas que ellos mismos formulan; por otro, la presentan como sinónimo de prolepsis o anticipación en un marco de preguntas y respuestas.
Lejos de estas interpretaciones, adquiere relevancia la idea de sujeción de carga, tal como se indica cuando hay que sujetar y mantener bien firmes equipajes o elementos que deben ser trasladados. En este contexto, por mencionar una posibilidad, se tienen en cuenta las sujeciones de poliéster.
Con otros materiales y métodos se logran, por otra parte, las sujeciones de tuberías y cables, así como los veterinarios y médicos apelan a un sistema propio y especial de sujeción en función de las características del paciente que deban mantener, por alguna razón, inmovilizado de manera temporal (por ejemplo, para aplicar un inyectable o en casos en los cuales la persona se resista a permanecer acostada en la cama).