Solemos, por lo general, hacer alusión directa a los subtítulos al pensar en películas en otro idioma donde los diálogos aparecen traducidos de modo escrito, pero este concepto engloba a muchas otras situaciones que resultan interesantes de conocer para comprender mejor el alcance de esta idea.
Un subtítulo, dice la teoría, es una oración, frase o palabra secundaria que acompaña a un título. Claro que su interpretación más común está asociada a los filmes, marco en el cual funciona como un recurso que le permite a los espectadores comprender los diálogos que se desarrollan en otro idioma. Asimismo, hay programas que permiten, mediante el uso de un equipo informático, introducir subtítulos en materiales audiovisuales diseñados de modo casero y plasmar por escrito toda palabra hablada a fin de poder integrar a las personas con dificultades auditivas (una técnica que se suele reemplazar con un intérprete que domina el lenguaje de señas).
Al buscar información que permita conocer o recordar las clases de subtítulos existentes, adquieren relevancia alternativas como los subtítulos planos (los más básicos, sin estilo predeterminado ni efectos), los subtítulos con tags (no todos los programas los interpretan, razón por la cual no son compatibles con todas las herramientas), los subtítulos con efectos y los subtítulos con estilos, por mencionar algunos a modo de referencia.
Gracias a la tecnología, en la actualidad es posible hallar subtítulos (en distintos colores, tipografías, tamaños e idiomas) no sólo en películas sino también en series y programas de televisión, en juegos y en videoclips, entre otra clase de contenidos.