En otra oportunidad, en Tipos.com.mx hicimos un acercamiento general al mundo de las serpientes para contar, a grandes rasgos, qué variedades se incluyen dentro de este amplio conjunto de animales sin patas que se desplazan arrastrándose. Como no todos los exponentes de esta familia son venenosos, hoy retomaremos la temática desde una perspectiva más puntual para describir cuáles y cómo son las serpientes que inyectan veneno para inmovilizar y matar a sus víctimas.
En áreas tropicales y desiertos tanto de África como del territorio asiático, por ejemplo, es usual la presencia de cobras, tal como se conoce a una variedad de serpiente que suele comer aves y roedores. Dentro de este grupo aparecen la cobra de Birmania (que puede llegar a medir más de cinco metros de longitud), la cobra de anteojos, la cobra hocicuda y la cobra de bosque, por mencionar algunas a modo de referencia.
La serpiente de cascabel es otra de las venenosas, al igual que las serpientes de mar (presentes en entornos marinos de los océanos Índico y Pacífico). También, según se advierte al indagar en las características de estos reptiles, poseen veneno las serpientes de coral, las mambas, las serpientes de árbol (o boomslang), los kraits y las víboras de foseta, entre otras.
Un dato interesante para tener en cuenta en relación a las serpientes venenosas es que, de acuerdo a quienes se especializan en el estudio y la observación de estos organismos cuya mordedura suele ser letal, alrededor de un cuarto de todas las especies nucleadas en esta familia tienen veneno.