De consultar a un experto en Biología en relación al concepto de ribosoma se podrá saber que esta noción identifica a un orgánulo en el cual se llevan a cabo las últimas fases del proceso de síntesis proteica, un fenómeno que los profesionales identifican con el nombre de traducción.

Estos complejos macromoleculares sólo pueden ser observados por medio de un microscopio electrónico, un instrumento que ofrece la posibilidad de analizarlos en detalle y determinar, por ejemplo, la existencia de diversas clases de ribosomas.

Al respecto, hay que decir que estas estructuras de apariencia redondeada se hacen presentes en todas las unidades celulares (con excepción de los espermatozoides) y se agrupan en diversas categorías de acuerdo a su origen, su tamaño y sus particularidades.

Los ribosomas de las células eucariotas, por ejemplo, surgen en el núcleo y cumplen su misión de sintetizar proteínas en el citosol. Están constituidos por proteínas y ARN ribosómico y se segmentan en dos sub-unidades, una de tamaño menor y otra de tamaño mayor que brotan del núcleo de la célula de manera independiente pero se mantienen enlazadas durante un tiempo a partir de cargas.

Los ribosomas mitocondriales, por su parte, tienen dimensiones variables e incluyen un par de clases de ARN ribosómico y proteínas que llegan a las mitocondrias después de haber sido codificadas por un grupo de genes del núcleo de la célula e interpretadas por el citosol.

Asimismo, es posible advertir la existencia de ribosomas en plastos, cuyas estructuras presentan grandes similitudes con los ribosomas procariotas.