La noción de quiebra tiene atribuidos significados diversos que le permiten expandir su alcance a múltiples contextos. Así, entonces, se puede describir a un objeto que se quiebra como un elemento duro o rígido que se rompe (concepto que también se aplica al ser humano y a otros animales, ya que estos organismos pueden tener huesos quebrados a raíz de una caída u otras clases de accidentes) y, al mismo tiempo, presentar al término relevante para el campo del Derecho. En este ámbito, quiebra funciona como sinónimo de ruina financiera o bancarrota, es decir, se aprovecha para hacer referencia a la falta de solvencia monetaria de una persona, que puede ser de carácter físico o jurídico, para hacer frente a pagos http://tipos.com.mx/tipos-de-pagos y otras obligaciones financieras.
A partir de estas definiciones, es posible reconocer distintas clases de quiebras, entre las que se encuentran la quiebra financiera (fenómeno que, para los economistas, suele ser resultado de burbujas y especulaciones de carácter económico) y la quiebra culpable (generalmente, consecuencia de inversiones excesivas, ventas que provocan pérdidas, etc.).
De investigar con mayor profundidad, también es posible identificar las particularidades de las quiebras fortuitas o casuales (aquellas que suceden tras acontecimientos imprevistos que suelen ser externos a las empresas o personas que terminan declarándose en quiebra) y las de las quiebras fraudulentas (grupo de circunstancias que surgen por alterar los libros contables, por ocultar datos relevantes dentro del balance corporativo, por concretar operaciones no autorizadas o por emplear capital ajeno para fines irrelevantes, por citar algunas de las acciones que promueven la existencia de esta clase de quiebra).