La palabra ‘oposición’ deriva del vocablo latino oppositĭo y se emplea en diversos ámbitos para hacer referencia a un gran número de cuestiones.
Si bien, en líneas generales, este concepto remite al acto y consecuencia de oponer o de oponerse a algo, existen muchos otros significados que permiten ampliar su alcance.
La idea de oposición, dice el diccionario de la Real Academia Española (RAE), también se utiliza para hacer mención a la ubicación que puede tener un objeto respecto a otro al que se enfrenta u opone y para reflejar el antagonismo que se puede plantear entre dos elementos o cuestiones.
Asimismo, son oposiciones los procesos de selección basados en pruebas o exámenes que permiten evaluar a los candidatos o aspirantes a un determinado puesto laboral; las resistencias que se generan frente a un dicho o accionar y las agrupaciones o fuerzas políticas que, en un determinado territorio, confrontan con quienes gobiernan la nación.
De investigar con mayor profundidad las aplicaciones de este término, no se tardará en advertir que se habla de oposición en ámbitos tan distintos entre sí como la Astronomía, el Ajedrez, la Lingüística y la Política.
En base a las referencias citadas en los párrafos anteriores, es posible reconocer distintas categorías que le aportan una mayor exactitud a la expresión según el contexto donde se aplique. Así, por lo tanto, se puede hablar de oposiciones fonológicas (relacionadas a los sonidos similares entre dos o más palabras), de Oposición Liberal (frase que refiere a la alianza de sectores opuestos al gobierno de Chile en el marco de la República Conservadora) y de oposiciones planetarias (para hablar de la localización de un par de astros que, frente a nuestro planeta, se ubican en dos lugares del cielo que, a nivel diametral, se oponen), entre otras.