El enfrentamiento entre dos o más individuos, ya sea en un marco deportivo, con fines de entretenimiento o bien en un contexto violento donde hay agresiones físicas, bien puede resumirse con una sola palabra: lucha, un concepto que tiene su origen en el latín lucta.
Como sabrán muchos de ustedes, en el vocabulario español también se puede reemplazar esta expresión por medio de pelea o combate, entre otros términos admitidos como sinónimos de lucha.
Si bien es usual emplear esta noción para describir un duelo o disputa entre dos o más personas (las cuales pueden pertenecer al género masculino o al femenino, sin distinción), es posible implicarse en una lucha con uno mismo. Esta situación, según se ha extendido a nivel internacional, se denomina lucha interior.
De querer aprovechar esta palabra para hacer referencia a un esfuerzo colectivo que se lleva a cabo con el propósito de llegar a un objetivo común, se deberá apelar en cambio a expresiones como lucha obrera, lucha social, lucha de clases o lucha política, según sea cada caso.
La lucha libre (alternativa que puede abordarse, disfrutarse y entenderse como un deporte de tipo olímpico o bien como un show donde el deporte se combina con movimientos exagerados y/o fingidos para generar diversión), la lucha grecorromana, la lucha nuba, la lucha playa, la lucha de cholitas y la lucha leonesa son otras opciones que permiten descubrir distintas formas de combates.
Otras expresiones que se han popularizado con el correr de los años para hacer mención a sucesos de relevancia histórica que tuvieron como escenario a diferentes países: Lucha contra bandidos, Lucha de Puertos y Lucha de las mujeres Igbo.