Se define como organización no sólo a la acción de mantener un orden sino también a aquella agrupación de personas que está regulada por un determinado conjunto de normas que persiguen diversos propósitos.
Las organizaciones, de acuerdo a su finalidad, pueden presentarse como sin ánimo de lucro (si no apunta a obtener beneficios económicos) o bien como con fines de lucro, así como según la actividad que realicen se dividen en comerciales, industriales o de servicios.
Las organizaciones jurídicas, por su parte, pueden ser sociedades o estructuras unipersonales, mientras que el tamaño de la asociación define su condición de pequeña, mediana o grande.
La noción también se enriquece y amplía los límites de aplicación con las llamadas organizaciones fraternales (grupo integrado por entidades como la Antigua y Mística Orden de la Rosa Cruz y la Fraternidad Zeta Phi Beta); organizaciones profesionales (segmento que nuclea a asociaciones como la Sociedad Argentina de Escritores y la Asociación Psicoanalítica Americana); organizaciones educativas (entre las cuales se destaca, por citar un ejemplo, el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa); organizaciones de jubilados; organizaciones patronales (la Sociedad Rural Argentina y la Asociación Española de Demolición Técnica, Corte y Perforación son, junto a muchas otras, parte de este grupo); organizaciones no gubernamentales (como lo son la Cruz Roja, Greenpeace y Médicos Sin Fronteras) y las organizaciones internacionales (PEN Club Internacional, INTERPOL, Cascos Blancos).
Tras ella aparecen, como complementos, las denominadas organizaciones ficticias (clase que nuclea a las entidades propias del plano de la ficción como lo son Omnifam, la organización de caridad presentada en la serie televisiva Alias, y la asociación Landsraad de la saga Dune) y las organizaciones ilegales (término que define a los grupos que se desenvuelven por fuera de los criterios que establecen las leyes, tal como ocurre con los grupos criminales y terroristas).